Buscando abrirse camino en el mundo del cine, Serena acepta el papel protagonico de un filme de horror del corte Slasher. Al principio la idea no le convencía del todo, porque eso de las tripas y la sangre como que no es lo que le gustaría poner en su curriculum profesional, pero después de conocer al director y ver la pasión que tiene por hacer su primer largometraje, la joven actriz se acaba animando.
En cuanto Serena y el resto del reparto llegan a la locación donde se filmará la película, se hallan con la sorpresa de que por las siguientes tres semanas estarán desconectados del mundo: No Internet, no celulares, ni televisión, todo esto con la intención de evitar distracciones, ya que el director quiere hacer el filme de slasher mas realista posible, y dicho sea de paso, está emocionado porque por fin podrá hacer esta película con el equipo de producción con el que creció en su pueblo.
Al principio la filmación parecer avanzar sin mayor complicaciones, pero a como avanzan las tomas, Serena empieza a notar que sus compañeros de reparto van desapareciendo conforme se han ido filmando sus escenas. El productor del filme le aclara que para ahorrar gastos, están mandando de regreso a casa a todos los actores que ya no están ocupando. Mientras que la explicación podría parecer buena, Serena empieza a sospechar que esas escenas que ve en los monitores tienen efectos especiales demasiado realistas, y acaba descubriendo que tanto el director como su equipo han decidido cambiar las armas de utilería por otras verdaderas, haciendo literales cortes de personal y sacando de sus actores los gritos de terror mas auténticos en la historia del cine.